Hace un año comenzamos nuestra andadura hortelana. Hemos logrado convertir un espacio abandonado, donde sólo los coches y los perros tenían cabida, en un espacio fértil, no solo en frutas y verduras, sino también en relaciones humanas.
Hoy lo hemos celebrado como se merecía, como mejor lo sabemos hacer, trabajando y compartiendo comida y bebida.
¡Enhorabuena a todos!